I LOVE LONDRES


Los grandes parques de Londres están conectados como archipiélagos de islas exuberantes y bien cuidadas, lo que los convierte en remansos de paz entre frenéticos taxis negros, autobuses rojos y bicicletas de alquier color azul turquesa que recorren las calles circundantes.
Destacamos Battersea Park, en el extremo sudeste del Támesis y donde,justo después del zoo, de la ciudad se alza una enorme y hermosa pagoda japonesa. La pagoda está flanqueada por unos budas dorados que brillan al caer el sol, observando a los deportistas que hacen jogging y a las familias que pasean tranquilamente. Cruzando el Chelsea Bridge nos dirigimos a Pimlico Road pasando por delante de tiendas de antigüedades repleta de tesoros.
Entre todos los museos destacamos  un modesto edificio de ladrillos rojos muy cerca de High Street Kensington, se trata del Leighton House Museum, que originalmente fue el hogar y el estudio del pintor victoriano Frederic Lord Leighton. En su interior creó una obra de arte que representa la gran ambición de la época y una irrefenable pasión por Oriente.

Cruza los parques Kensingthon Gardens, Hyde Park y Green Park y acabarás en Piccadilly, el corazón de Londres. Al lado del Hotel Ritz está The Wolseley, cuyo interior es capaz de competir con la belleza de la Leighton House. Se trata de un gran café-restaurante de tradición vienesa que rebosa decorados chinoiserie entre arcos elevados y pilares, donde la gente va a degustar sus deliciosos brunch, café y pasteles.
Ninguna influencia multicultural está más integrada en el carácter de Londres que la variedad gastronómica que se puede encontrar en la ciudad.  Entre ellos esta el Maroush Express, un café libanés en el que siempre hay colas, gracias en buena parte, al excelente cordero a la brasa que sirven, hay trabajadores de todo el mundo lo que le da ese aire cosmopolita.




Fnte: Lonely planet.