LA RIOJA. TIERRA DE BODEGAS Y VENDIMIAS.


La vendimia es una fiesta en La Rioja. Es la recogida de los frutos de un año de trabajo, pero también el momento en que los campos de vides se muestran teñidos de colores ocre, desde  el amarillo hasta el rojo más intenso.
Para los amantes del vino es el destino ideal. Más de 500 bodegas, muchas de ellas con programas de visita turística a bodegas y viñedos, cursos de cata y otras muchas actividades y experiencias en torno al mundo del vino que en la Rioja, más que un alimento, es una cultura.
Los que quieran comprobarlo pueden acercarse al Museo de la Cultura del Vino  Dinastía Vivanco, para muchos el mejor museo del mundo  por la calidad de sus piezas etnográficas, educativas, arqueológicas y artísticas.

Pero la cultura del vino se palpa en cada rincón de la Rioja. El vino se trata con cariño en bares y restaurantes  y junto con la gastronomía forman una combinación que hace única la visita a esta tierra.

También hay tiempo de disfrutar de la naturaleza en torno al vino, con actividades en viñedo que organizan las propias bodegas o distintas empresas. Si busca sabor e historia, las bodegas centenarias que acoge La Rioja no tienen rival. Para esto hay que acercarse al Barrio de la Estación de Haro, un microcosmos vinícola que alberga la mayor concentración de estas bodegas pioneras en el mundo, la visita a una bodega centenaria es toda una experiencia. Su historia nació en la segunda mitad del s. XIX  cuando llega el ferrocarril  y sus caminos de hierro. Un avance revolucionario que se unió a la necesidad de numerosos bodegueros franceses de acudir a La Rioja en busca de vinos con los que paliar los efectos devastadores  que la filoxera  había provocado en sus viñedos. Esto les obligaría a instalar centros de exportación en los alrededores de la estación de ferrocarril. Si quiere visitar una de las bodegas centenarias  asegúrese de reservar con antelación, sobre todo los fines de semana.

En algunas de estas bodegas como Viña Tondonia o Muga  se pueden ver in situ cómo trabajan los toneleros, un oficio de antaño que sigue vivo cada día. Ver cómo trabajan es todo un espectáculo. En Muga podrá conocer además al último cubero que existe en España, el único capaz de fabricar una cuba a ojo. Estas gigantes estructuras de madera, de hasta 52 mil litros, son auténticas reliquias desde el acero inoxidable se impusieron en las bodegas de todo el mundo. También hay otros oficios artesanales clásicos que siguen vivos como la fabricación de botas de vino. El último botero de La Rioja se encuentra en la calle Sagasta de Logroño.

Las principales fiestas de Logroño, su capital, se llaman Fiestas de la Vendimia. Comienzan con el pisado de la uva y la ofrenda del primer mosto a la virgen de Valvanera, aunque las fiestas se celebran en honor a otro santo, San Mateo, en torno al 21 de septiembre.

Durante una semana Logroño se llena de actividades de ocio y diversión  entre las que destacan, como no podía ser de otra forma en esta tierra, las referidas a la gastronomía y el vino. Para el visitante no iniciado es también la oportunidad  de sumergirse en el mundo de Baco a través de los cursos de iniciación a la cata. Otra opción más autodidacta es comparar los riojas a pie de barra y para esto no hay mejor lugar que la mítica calle Laurel, en pleno centro histórico, con más de 70 bares a su disposición.
Su riqueza cultural deriva en gran parte de su posición como cruce de caminos y frontera de reinos medievales como muestran sus muchos castillos. El Camino de Santiago atraviesa toda la región dejando a su paso muestras  artísticas de todos los estilos y la naturaleza privilegiada de la sierra ofrece lugares secretos e increíbles.
Entre los tesoros de esta pequeña región se incluye el lugar donde escribieron  las primeras palabras en castellano y en euskera, en los monasterios de San Millán de la Cogolla, declarados Patrimonio de la Humanidad.
Fue en esta tierra donde los dinosaurios dejaron sus huellas formando lo que hoy es uno de los espacios paleontológicos más importantes del mundo, al alcance de todos gracias al parque  El Barranco Perdido, perfecto para mini aventureros. Pero no es la única aventura que  La Rioja ofrece para los más pequeños. Piragüas, descenso de cañones, vuelos en globo, parapente, escalada, bicicleta… 
Y si busca para ellos un bautismo enológico, nada como ponerles a vendimiar y pisar la uva. Disfrutarán de lo lindo.


FNTE. El Mundo.